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Mostrando las entradas de junio, 2020

Un silencio azul

Wallace. Estamos en Argentina. Que alguien se llame Wallace me parece entre absurdo y payasesco, es como ponerle a un yanqui Atahualpa o Adalberto. Pero lo realmente importante en este relato no es esta ridiculez, sino Alejandra, su mujer. Una cuarentona cautivadoramente peligrosa, ante la cual cualquier hombre (al menos heterosexual) sucumbiría sin medir las consecuencias. La estatura perfecta, ni tan alta ni tan baja; pelo negro como la oscuridad misma; ojos color café; sensual hasta para hacer la más mundana de las acciones cotidianas. Su único defecto era estar casada con el único argentino llamado Wallace. Por todo lo demás parecía la perfección hecha carne. Hasta sus codos parecían los de un ángel y sus orejas despertaban en mí una rara atracción, sobre todo cuando ponía detrás de ellas el pelo que estorbaba delante de su rostro antes de ir a bañarse las mañanas que la encontraban en mi habitación. Sí: Alejandra y yo nos acostábamos. Unas dos o tres veces por semana, sino más c

Ultramar

Estoy en un lugar sin nombre. Todo es salvaje quietud a mi alrededor. El horizonte se presenta como inalcanzable y las nubes como algodón metamórfico adoptando caras que extraño ver a mi lado. Esa amenazante promesa llamada tormenta me desvela, turba mis sentidos y paraliza mis extremidades. Y la botella está vacía. Contemplo en el espejo el paso de los años, mis ojos que antes eran bellos, hoy están marcados por las ojeras, mi pelo oscuro ahora es entrecano; mi memoria, antes infalible, hoy está desafilada. Mi voz, rasposa, como mis talones al ser rozados por la sal marina. Y la botella sigue vacía. Me pregunto dónde estará mi capitán, dónde estarán mis compañeros, a qué horroroso lugar habrán llevado sus gritos y sus lamentos. Qué aguja habrá penetrado sus malgastadas venas. ¿Se acordarán de mí? ¿Recordarán la inmensidad del mar? ¿Acaso tendrán presente el miedo propio de cuando suenan los truenos y brillan los relámpagos? Quizás ahora sea otro el miedo que los inquiete. A lo l